LA CHAKANA
SIMBOLO DEL CONGRESO

La representación de la Chakana es un legado arqueológico, lítico, en forma de cruz escalonada. Se la encuentra en incontables lugares de América del Sur y se piensa que tiene más de 4.000 años de antigüedad. Su presencia es constante en recintos sagrados y objetos rituales. Se la conoce como la Cruz Sagrada Andina y es el emblema andino por excelencia.

La etimología de la palabra Chakana proviene de la unión de las palabras quechuas “chaka” (puente, unión) y “hanan” (alto, arriba, grande) simbolizando así un medio de unión entre el mundo humano y Hanan Pacha (lo que está arriba o lo que es grande).
Esta cruz tiene una forma cuadrada y escalonada con doce puntas. Su forma se origina en un desarrollo geométrico que toma como punto de partida un cuadrado unitario que al crecer por diagonales conforma todo un sistema.
Se trata de una iconografía de misteriosas codificaciones matemáticas y naturales cuyo centro es un círculo hueco, el cual expresa el vacío central que representa a Dios. Es la circularidad del tiempo que transcurre y termina para dar paso a otro nuevo ciclo.

La Chakana tiene correspondencia sideral con la constelación “Cruz del Sur” cuyo nombre ancestral fue Jacha Qhana (luz grande), la que está formada por 4 estrellas muy brillantes: Alfa, Beta, Gamma y Delta; siendo referencia y guía en la cosmovisión pre Inca y heredada posteriormente por los Incas como un ordenador cósmico, indicando las cuatro estaciones del año y los tiempos de siembra y cosecha.
Para la cosmovisión indígena todo está en movimiento. El devenir histórico se manifiesta en gradas y círculos y se extiende al contexto individual y social, con avances y retrocesos, altibajos, caídas y subidas, caracterizado todos ellos en la Chakana y en la majestuosidad del paisaje que la rodea.
Los lados de la cruz, con tres escalones cada uno, representan a los cuatro mundos de la cosmovisión andina:
- Hawa Pacha: el universo invisible que ocupa un espacio y un tiempo diferente, en el gran océano del cosmos donde vibran los tiempos y los sistemas que no se ven.
- Hanan Pacha: el cielo visible donde habitan Ti, el sol; Mama Killa, la luna; las constelaciones y los astros.
- Kay Pacha: la superficie de la tierra y el mar, región habitada por el hombre y por seres vivientes e inanimados, visibles e invisibles, que están en permanente proceso de transformación.
- Ukhu Pacha: aquel mundo que ocupa el interior del planeta, es el gran vientre de la naturaleza, la fuente nutricia, pero también el lugar donde concluyen los seres vivos luego de su breve paso sobre la tierra. Lo habitan igualmente las energías perversas y también los administradores del Caos.

Estos cuatro mundos son representados por cuatro animales que moran en estas regiones:
- El colibrí: compañero alado de Viracocha, un picaflor de oro cuyo alimento es el néctar de las flores, que representan las sutiles virtudes.
- El Cóndor: el mensajero de los dioses y de los espíritus.
- El Puma: la sabiduría, la fuerza, la inteligencia y el poder.
- La serpiente: el mundo de los muertos, el inframundo.
En su conjunto, componen los cuatro mundos de los Incas: el mundo de afuera, el mundo de arriba, el mundo de aquí y el mundo de abajo.
La Chacana es un modelo divino que entraña distintos niveles de complejidad; así observamos también a los cuatro elementos de la naturaleza vinculados con los puntos cardinales:
El Agua – Unumama: ubicada en la parte Sur, representa el origen, desde lo sutil a lo denso.
La Tierra – Jallpa mama: situada al Oeste, es el soporte del cuerpo físico.
El Aire – Wayra: en la zona Norte, nos conecta con la gran mente, la respiración como la llave que permite la purificación de nuestras energías.
El Fuego – Nina: al Este, es la representación del Dios Inti, el Sol, el fuego en cada uno de nosotros.

Así también, el “Camino del Inca” o “Qhapaq Ñan”, eje central del sistema vial del Imperio Inca, es considerado un reflejo de la geometría de la Chakana Celestial, marcando una línea que atraviesa diversas ciudades del imperio, como Cajamarca, Cuzco, Tiahuanaco, Oruro y Potosí. Es la “Vía de Viracocha” o “el Camino de los Justos” como también se le conoce, a través del cual se realizaban las peregrinaciones iniciáticas, impulsadoras del descubrimiento y desarrollo interior; sin lugar a dudas, un camino de auto conocimiento y de auto liberación.
De esta forma, podemos encontrar la Chakana en diversas obras de arquitectura, petroglifos, tejidos, cerámicas, esculturas, etc. tanto de Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina y Chile, todos ellos parte de lo que fue un día el gran Imperio Inca.
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